TRANSPORTE EN CUIDADOS CRITICOS
DIPLOMADO EN AEROMEDICINA Y CUIDADOS
CRÌTICOS
5TA
VERSIÒN
TEMA: TRANSPORTE EN CUIDADOS CRITICOS
Alumno: Edin Maldonado Cubas
TRANSPORTE EN CUIDADOS CRITICOS
DEFINICIÒN.
El transporte del
paciente crítico es aquél que se realiza para el desplazamiento de personas
enfermas graves en vehículos especialmente acondicionados al efecto es decir
ambulancia.
El transporte del paciente
grave con situación que compromete su salud e incluso su vida, en estas
situaciones no se improvisa y debe siguir la regla de estabilización previa,
manteniendo en su entorno todas las precauciones necesarias para garantizar su
equilibrio durante todas las fases del transporte.
Existe factores
mecánicos que originan cambios en la ventilación y cardiocirculatorios en los
pacientes los cuales van a repercutir también sobre los aparatos de
monitorización y diagnóstico, las perfusiones endovenosas e incluso, pueden
llegar a afectar a las propiedades fisicoquímicas de algunos fármacos.
En las emergencias
extrahospitalarias, los principales medios de transporte utilizados son el
terrestre y el aéreo.
TIPOS
DE TRANSPORTE.
1.
TRANSPORTE
TERRESTRE
Existen factores
físicos que intervienen en el transporte terrestre de pacientes los cuales los detallarè
Ø La ruta:
Debe ser la más fácil, accesible, segura y confortable, que necesariamente no
tiene que ser la más corta.
Ø Inestabilidad en el transporte:
En caso de agravamiento en el curso del transporte será necesario detenerse si
ello es posible con el fin de emprender las maniobras terapéuticas necesarias.
Ø Tipos de ambulancia en el
transporte: El medio de transporte deberá escogerse en
función del estado del paciente, de su estabilización, de la distancia a
recorrer, posibles obstáculos y de las condiciones de confort propias de cada
medio de transporte.
Ø Aceleración/desaceleración:
El cuerpo humano está adaptado a los efectos de la gravedad y a la velocidad
constante de los movimientos terrestres (aceleración nula) pero, cuando se
producen cambios sobre la gravedad y la aceleración se responde desarrollando
fuerzas de inercia, proporcionales a la masa del cuerpo y al tipo de
aceleración, en sentido inverso. Los cambios bruscos en el movimiento van a ser
detectados por los sensores propioceptivos y barorreceptores corporales que
desencadenan respuestas correctoras por mecanismos reflejos.
v Por
la colocación del paciente (en la camilla y con la cabeza hacia delante) tiene
mayor significación la aceleración positiva o negativa en sentido longitudinal,
siendo de menor trascendencia las transversas (curvas):
v Las
aceleraciones positivas, por arranque brusco o cambios de marcha, (la sangre se
acumula en la parte inferior del organismo) pueden provocar hipotensión,
taquicardia, modificaciones del electrocardiograma (ECG) (segmento ST y
alargamiento de la onda P) y los pacientes con hipovolemia son más sensibles.
v Las
aceleraciones negativas, por frenazos bruscos o colisión frontal del vehículo,
(la sangre se acumula en la parte superior del cuerpo) ocasionan incremento de
la tensión arterial (TA), presión venosa central (PVC) y presión intracraneal
(PIC), bradicardia e incluso paro cardiaco. Hay que tener especial atención en
pacientes con edema agudo de pulmón (EAP), infarto agudo de miocardio (IAM),
traumatismo craneo-encefálico (TCE), coma y emergencia hipertensiva. Si la
desaceleración es muy grande puede desgarrar vísceras y tejidos elásticos
(Tabla II). —Estos efectos se podrían paliar con una conducción prudente y
regular; correcta colocación del pacien te en la camilla, con la cabeza en la
dirección de la marcha, colchón de vacío y sólida fijación de la camilla al
vehículo y del enfermo a la camilla; protección y fijación del material
electrosanitario y uso del cinturón de seguridad por el personal sanitario.
Ø VIBRACIONES:
Pueden ser mecánicas, por contacto directo en forma de choques repetidos o
acústicas. Las más nocivas se sitúan entre los 4 y 12 Hz por inducir fenómenos
de resonancia en los órganos, lo cual aumenta el riesgo de hemorragias por
rotura capilar en pacientes graves (estados de shock). Vigilar la suspensión
del vehículo e inmovilizar al paciente con colchón de vacío van a disminuir la
morbilidad de las vibraciones sobre el enfermo que ocasionan una respuesta
clínica de hiperventilación y taquicardia. También generan artefactos en los
sistemas de monitorización: TA, ECG y bombas de perfusión.
Ø RUIDOS
La sirena es la que más afecta de forma negativa en los pacientes
produciéndoles ansiedad, descargas vegetativas e incluso crisis en psicóticos.
Para prevenir esto hace falta un buen aislamiento de la cabina asistencial,
proporcionar una información adecuada y administración de sedantes si es
preciso
2. TRANSPORTE AÉREO.
Se caracteriza por la rapidez pero tiene un
elevado coste.
La elección del medio
aéreo viene condicionada por el acceso a la zona, la distancia a recorrer, las
condiciones meteorológicas, las limitaciones técnicas de las aeronaves y las
disponibilidades del medio.
El helicóptero por su
versatilidad y maniobrabilidad es la aeronave más utilizada para transporte
primario y secundario; y el más idóneo para adaptación sanitaria de todos es el
superpuma (que es un helicóptero medio con una carga máxima de 1.500 Kg y
soporte mínimo para dos camillas); los aviones en sus distintas versiones se
utilizan casi exclusivamente para transporte secundario. El equipamiento básico
sería una camilla, tres botellas de oxígeno, un monitor desfibrilador, un
aspirador y dos maletas de reanimación, circulatoria y ventilatoria; el paciente
debe ser accesible a todo lo largo de al menos un lado, debe tener 50 cm libres
a la cabecera que permitan en todo momento el aislamiento de la vía aérea y
entre la camilla y el techo habrá una distancia mínima de 65 cm. Desde el
helicóptero hay posibilidad de efectuar telemetría, con lo cual puede
transferirse la monitorización y consultar medidas terapéuticas con el centro
receptor; en caso de tener que desfibrilar, el piloto debe ser advertido ya
que, puede producir interferencia electromagnética en los equipos de navegación
Ø ACELERACIÓN/DESACELERACIÓN
Es baja y resulta un transporte confortable en comparación con el medio
terrestre; influyen sobre el paciente de la misma forma que en el transporte
terrestre y son más relevantes las aceleraciones en sentido
transverso/vertical. VIBRACIONES Son menos nocivas que en los medios terrestres
(entre 12 y 28 Hz). RUIDOS El nivel de ruido en helicóptero es alto (80-90 db)
y por tanto deben tomarse medidas de protección acústica para el paciente y
personal de vuelo, así como utilizar medios de diagnóstico digitalizados para
el control de constantes.
Ø ALTITUD
La altura de vuelo para helicóptero es de 500- 1.500 metros y no presenta
excesivos problemas, pero sí lo es para largas distancias y aviones no
presurizados.
Ø Disminución de la presión parcial
de oxígeno: A medida que disminuya la presión
barométrica total, que repercute negativamente en las presiones alveolar y
arterial de oxígeno. Hasta los 1.000 metros se mantiene una presión parcial de
oxígeno arterial (PaO2 ) de 85 mmHg y una saturación de hemoglobina (Hb) del
95%; si aumenta la altura se prod u c e un aumento del gasto cardiaco e
hiperventilación como mecanismos de compensación. Esto puede provocar una
hipoxia hipoxémica que puede agravar enfermos con insuficiencia respiratoria,
shock, EAP, anemia, hipovolemia e isquemia coronaria. Para contrarrestar los
efectos de la hipoxemia es necesario m odificar la FiO2 suministrando O2
suplementario.
Ø Expansión de los gases:
Un gas contenido en una cavidad se expande en proporción directa a la
disminución de la presión de dicho gas, según la ley de Boyle-Mariotte; por lo
que a unos 1.000 metros de altura el volumen será de 1,2 veces el volumen a
nivel del mar. En aviones presurizados no se presentan estos problemas y suelen
ser mínimos en vuelos con helicóptero a baja altura. Las consecuencias tienen
mayor importancia si el paciente presenta alteraciones respiratorias,
gastrointestinales o craneoencefálicas. Los efectos serán:
Ø Aumento de la Presión
Intracraneal (PIC) de la presión intraocular y, de la
presión en senos y oídos.
Ø Agravamiento de neumotórax:
(un neumotórax no drenado aumenta un 30% a 2.500 m de altitud). Puede agravar
disfunciones intestinales (disminuye la circulación intestinal o ejerce una marcada
presión sobre una anastomosis quirúrgica), aumento de la presión diafragmática.
—Expansión del área de heridas, compromiso hemodinámico en extremidades con
férulas de yeso.
Ø Se
desaconseja el transporte de pacientes a los que se les ha realizado recientemente
exploraciones diagnósticas con gas.
Ø Los
equipos neumáticos modifican sus presiones (férulas, balones de los tubos
endotraqueales, sondas, catéteres) y también se altera la velocidad de caída de
los sueros. Medidas preventivas para los efectos de la expansión de gases:
Ø Vigilar
continuamente las presiones en vía aérea y la saturación de O2, así como el estado
hemodinámico del paciente.
Ø Todos
los pacientes deberían ir con una vía central. —Evaluar y tratar los neumotórax
antes del vuelo, así como conectar los tubos de drenaje a un sistema valvular
no cerrado.
Ø Utilizar
preferentemente material de inmovilización de vacío. —Los balones de los tubos
endotraqueales deben ser controlados continuamente o ser inflados con suero
fisiológico.
Ø La
administración intravenosa de fluidos se verá facilitada por la utilización de
envases de plástico, bombas de infusión y manguitos de presión.
Ø Se
deben disminuir los volúmenes totales, pero sin disminuir FiO2, en pacientes MN conectados a ventilación mecánica.
Ø Disminución
de la temperatura que por cada 300 m de aumento de altitud cabe esperar 2ºC
menos, por lo que debe tenerse en cuenta en cardiopatías, quemados, recién
nacidos, hipotermias y utilizar incubadoras o climatizador próximo a los 23ºC.
La temperatura puede cristalizar algunos sueros (manitol) y descargar las pilas
de níquel-cadmio (monitor) Nº
FASE
DEL TRASLADO: Las condiciones del enfermo no deben
disminuir por el hecho de trasladarlo y las actividades durante el mismo deben
contribuir a ello. Objetivos:
v Asegurar
la continuidad de los cuidados realizados en la estabilización del enfermo y
continuar la terapéutica.
v Identificar
nuevos problemas y tratarlos.
v Registrar
los controles e incidencias.
v El
paciente debe ser controlado sistemáticamente con una frecuencia aproximada de
10 minutos, anotándolo en la hoja de registro:
v Control
de la presión de la bombona de oxígeno.
v Control
de la ventilación: auscultación pulmonar, control del flujo de oxígeno, del
respirador, de la saturación de oxígeno, coloración de piel y mucosas, si tiene
drenaje pleural comprobar la aspiración ejercida sobre la columna de agua.
v Control
cardiocirculatorio: frecuencia y ritmo cardiaco en monitor, complejo QRS
audible en la derivación II, ya que la onda P es más visible, tensión arterial.
FASE
DE TRANSFERENCIA Supone la conexión entre la
asistencia prehospitalaria y hospitalaria, debiéndose garantizar un relevo sin
interrupciones.
—Realización de un
último control del paciente.
—Preparación de
material: Dispositivo Bolsa Válvula Máscara (ambú), equipo de fluidoterapia,
equipos de monitorización y ventilación, regular el oxígeno de una bombona
portátil, recoger hoja de registro y documentación del paciente.
—Informar verbalmente
al médico y enfermero receptor, entregar copia de la hoja de registro y
documentación del paciente.
FASE
DE REACTIVACIÓN Una vez completado el traslado se
procede a la reposición y limpieza de material, limpieza del vehículo y en
definitiva a la preparación para una nueva activación.
ASPECTOS
MÉDICO-LEGALES: Es imprescindible que se formulen y cumplimenten una serie
de documentos, que deben firmarse inexcusablemente en todas las ocasiones.
Historia clínica del paciente que debe contener:
Cada país tiene su propia
reglamentación, clasisficaciòn de las amblancias y las especificaciones de
personal para acda tipo, en Argentina existe normativas de rigor nacional,
además de ello la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires,
los departamentos poseen su propia legislación como detallo a continuación.
NACIONAL
- Resolución 2385/1980. Habilitación de establecimientos
asistenciales y servicios de traslados sanitarios.
- Resolución 2211/2015. Incorpora la resolución GMC
02/2015. Requisitos de Buenas Prácticas. Organización y Funcionamiento de
Servicios de Urgencia y Emergencia.
- Resolución 95/2016. Estudio de la Organización e
Implementación del Sistema de Emergencia Sanitaria Interconectado.
- Resolución 906-E/2017. Directrices de Organización y
Funcionamiento para Móviles de Traslado Sanitario.
- Ley 1883. Ley de gestión de emergencias médicas.
- Ley 2127. Modificación de la ley 1883.
- Ley 5469. Sistemas Terrestres de Ambulancias.
- Resolución 1410/2011. Comisión de ordenamiento,
sistematización y actualización de la reglamentación del sector de
urgencias.
- Resolución conjunta 2071/2016. Sistema de Atención
Médica de Emergencia (S.A.M.E).
- Decreto 3280/1990. Reglamento de establecimientos
asistenciales y de recreación.
- Decreto 898/2016. Servicio de Atención Médica de
Emergencias de la Provincia de Buenos Aires (SAME PROVINCIA).
- Decreto 212/2017. Modificación del decreto 898/2016.
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